30 de octubre de 2024

Vertedero de canciones

Tantas cosas que te quiero decir, pero me tengo que callar. Tantas cosas que quiero compartir, pero tengo que olvidar. Como detesto tener que seguir estas malditas reglas. Estoy harto de vivir en un mundo donde querer no está permitido. Donde amar es un pecado, y el juego lo gana quien menos ha sentido. ¿Cómo terminamos en esta encrucijada? Dioses, como quiero cometer este delito. Pero al mismo tiempo, tampoco quisiera que salieras huyendo aterrorizado, cual gacela que salta lejos de las garras del guepardo. Por una vez quisiera dejar de ser el gato, y ser el ratón. Convertirme en tu más grande obsesión. Que me des caza, que me devores por completo. Pero no, estamos en este desastre. Sin poder tomar el riesgo, incluso sabiendo todo lo que podría ganarse. Y me pregunto, ¿cómo lo digo? o ¿cómo te explico? Me siento exagerado, pero al menos creo que no he caído enamorado. Pero si, si amo la idea de tí. Lo que representas para mí. Las posibilidades, ese potencial sin explorar. Todo lo que encontré, sin siquiera haberme atrevido a buscar. Preguntandome si sin querer te invoqué, que encontré lo que Barilari cantó aquella vez, “el hechizo ideal, que junte los sueños con la realidad”. Pero no, por las noches no siento tu calor, y aunque escapaste de mis sueños, volviste a ellos, y ya no te tengo. La cama está fría como la tumba de mis sentimientos sin sentido. De mi amor por este cajón vacío en el que sigo acumulando escritos de amor, y alguna que otra canción. Si, Katy Perry tenía razón “En otra vida, yo sería tu chica”. Pero no, no lo soy. Y es probable que nunca lo sea. ¿Por qué será que, aún así, me regocijo en esta condena? Si, tal vez nos quedó pendiente una noche desesperada y violenta, sin nada más que el cuerpo del otro y las sábanas para cubrirnos de la vergüenza. Besarnos la noche entera. Definitivamente sí, me enamoré de esta vaga idea de tí, y me quedé aquí. “Ahora que te fuiste, soy yo quien se desangra. Te llevaste una parte de mi, y ahora con suerte respiro” cito esa canción de From Ashes to New, siendo uno de nuestros lazos más fuertes esta música, la droga alternativa que ya se nos termina. Solo me queda decirte, ideal de amor y libertad, es que podría haberte amado como a nadie más. No habrías estado solo, nunca más. Pero el destino… el destino tiene otros planes. Y aunque duela, y debería cerrar está herida, seguiré sangrando, anestesiado. Y si esta droga también te mata, “entonces estamos a mano”.

1 comentario: