2 de febrero de 2023

Té de medianoche

Su perfume se impregnó en mi mejilla, como una caricia, como una canción. Un suspiro. Volvimos a esta triste historia de amor. ¿Cómo puede ser que con tan poco, se desate un torbellino en este mar de desastre y desesperación? Un gesto, una risa. Su aroma. Como un té de manzanilla a la medianoche, contemplando las estrellas que nunca contaremos juntos. Como un café en la mañana, después de una noche de besos interminable que nunca tendremos. O un plato de tu comida favorita en un día estresante, que jamás compartiremos. Tu voz en mi oído, susurrando que ya no te puedes detener. Sí, huele como la vida que nunca vamos a tener. A este amor imposible, que solo siento yo. ¿Cómo te arranco, cómo te olvido? ¿Qué hago para dejar de sentir todo lo que siento? ¡Basta! No lo puedo soportar. No me puedo seguir mintiendo, y ya no te puedo intentar odiar. ¿Debo simplemente convivir con esto? ¿Aceptar este sentimiento no correspondido, y seguir viéndote desde lejos? Conformarme con esa sonrisa atolondrada, sabiendo que nunca seré la razón de ella. Recordando cómo se sienten tus besos, tus abrazos. Porque nunca volveremos a estrecharnos. Amantes de estrella cruzada, ¡oh infortunio y desdicha! Otro atardecer rojo del que nunca formaremos parte. Odio, romance, dolor. En este punto, el sentido y el rumbo se han perdido por completo, y mi mente baila alrededor de sensaciones que no puedo terminar de describir, cómo este dolor en el pecho que no dejo de sentir. El llanto de frustración que lleva ahogado desde la tarde. Parece a propósito. Yo más te amo, tú te vuelves más indiferente. Pronto parecerá que no soy más que una sombra parlante. Un alma en pena, rota. Caminando por el mundo como si fuera poca cosa, y nada llamara mi atención. Porque en algún punto, todo perderá su color. ¿Volveré a ser capaz de sentir amor? Sí, esta escala de grises que ha teñido mi mundo es temporal. Pronto, todo volverá a ser normal. Llevo más de un año conviviendo con este sentimiento, pero aún no me logro acostumbrar. Y sé que tal vez nunca te pueda olvidar. Más solo me queda esperar, e intentar sobrevivir un día, una noche más. Tal vez así, algún día, pueda sobreponerme a estar eterna soledad.